En el año 410 la hasta entonces provincia de Britania pierde su último vínculo con el Imperio romano y a partir de entonces, se cierne una oscuridad casi absoluta sobre la isla, de la que apenas sabemos nada durante los próximos siglos. Permanece durante un tiempo dominada por “tiranos y, según la tradición, bajo la presión e incursiones de pictos y escotos. Las circunstancias conducen a su rey Vortigern al terrible error de invitar a los pueblos sajones, a expensas de que le den protección. Los sajones no tardan en rebelarse y hacerse con el poder estallando una guerra entre estos y la población local britanorromana. De entre las sombras aparece un líder de la resistencia frente al invasor, el rey Arturo, que renueva las esperanzas locales. Hasta ahí la leyenda, en estas páginas, analizaremos un período parco en fuentes documentales, la verdadera “Britania de Arturo” y esta legendaria figura, que se moldearía a lo largo de toda la Edad Media.