Descripción
El equilibrio creado por el triunvirato romano de César-Pompeyo-Craso fue desestabilizado por la muerte del último y, posteriormente, de Julia, hija de César casada con Pompeyo. Esto dejó a dos hombres que querían que el poder de Roma fuera suyo opuestos bajo una careta aún republicana. El enfrentamiento de César contra Pompeyo ensangrentará el Mediterráneo en una guerra que se prolongó incluso tras la muerte de sus principales protagonistas. Asistimos desde el cruce del Rubicón a la muerte de Pompeyo en un playa egipcia, donde la cabeza de este sería entregada a César para fraguarse una alianza con Ptolomeo. Sin embargo, para César este episodio resultó un insulto hacia su competidor y antiguo yerno. La alianza con Egipto se llevaría a cabo, sí. Pero sería con Cleopatra y no con Ptolomeo. Mientras, las viejas instituciones políticas de Roma y su estructura social se resquebrajaban ante las nuevas fronteras. La transformación, por desgracia, solo vino a golpe de gladius.