Descripción

Mientras Tahlia anima a las tropas mediante la inspiración, Zenestra apela a su fe en el Dios-Rey Sigmar. Intransigente e incognoscible, Zenestra es llevada a la batalla a lomos de un palanquín sagrado, acompañada de un curioso doble esquelético, mientras sus sermones en el campo de batalla azotan a sus aliados hasta el frenesí.