Hacia finales del siglo XIII, la Corona de Aragón alcanzaba los límites de su expansión meridional a costa de los Estados musulmanes de la Península. Ello coincidía con un momento de gran expansión económica, especialmente, catalana. Por ello, el esfuerzo expansionista, militar y comercial, de la Corona de Aragón hacia el Mediterráneo tuvo como objetivo la apertura de nuevas rutas comerciales e ingresos a la nobleza aragonesa. La Corona de Aragón se apoderó de las Islas Baleares, luego de Cerdeña y entró en conflicto con la casa de Anjou por el control de Sicilia. A estos logros se añadió la gesta de la Gran Compañía Catalana en Bizancio contra los turcos de Anatolia. Estos almogávares acabaron apoderándose de los ducados de Atenas y Neopatria, ampliando con ello la presencia de la Corona de Aragón en el Mediterráneo mediante un grito que ya nos suena: ¡Desperta ferro!