Descripción
El Argar. El inicio de la Edad del Bronce marca un momento crucial en la historia de Occidente. Es un periodo que vio nacer culturas comunes en amplios territorios, que vio crecer las redes comerciales y asistió a la domesticación definitiva del caballo, pero también un periodo en el que surgen las primeras armas concebidas como tales y en el que se agudizan las desigualdades sociales en paralelo al surgimiento de los primeros Estados —o, al menos, protoestados—. La violencia había venido para quedarse, pero también unas redes de colaboración que podemos ver en el cuidado de los ancianos o los heridos o en los intercambios a larga distancia, elementos que, como también la guerra, siguen vivos en nuestro presente. Podemos observar cómo se ensancha la brecha en los roles de género, con funciones claramente diferenciadas, aunque aún hubiera ámbitos de igualdad, como la alimentación común o un cierto acceso al poder o a roles de prestigio.
Sin embargo, pese a la importancia de esta época en la configuración de lo que luego sería Europa y sus culturas de época histórica, es un periodo todavía poco conocido, una bruma en nuestro imaginario colectivo, que los distintos grupos de investigación que trabajan sobre este periodo se están esforzando en disipar. Nuevas formas de divulgar los resultados y grandes exposiciones, como la reciente del MARQ dedicada a los primeros reinos de la Europa prehistórica, están cambiando nuestra forma de mirar y comprender un periodo tan fascinante como fundamental. Las poderosas princesas, con sus diademas de plata, los monumentales edificios comunes, las revueltas que los redujeron a cenizas, empiezan a poblar nuestra imaginación y nos permiten acercarnos a quienes pusieron las bases de nuestro mundo.