Descripción
Tras abandonar las agrestes tierras de lo que hoy es Afganistán, el intrépido rey macedonio, Alejandro Magno, condujo a sus tropas hacia la India, donde obtuvo la que sería –tras las del Gránico, Issos y Gaugamela– la cuarta y última gran prueba de su reinado, la batalla del río Hidaspes, donde las picas macedonias se batieron con los elefantes de guerra indios. Al igual que en los casos anteriores, Alejandro volvió nuevamente a triunfar, pero los años de penurias y la distancia de sus tierras hicieron mella en la moral de sus tropas y, al poco, se rebelaron y se negaron a seguir avanzando hacia Oriente. Alejandro, a regañadientes, dio su brazo a torcer y ordenó el regreso a casa. Este, lejos de suponer un paseo se convirtió en una nueva sucesión de penalidades que parecía no acabar nunca, jalonada con complicadísimos asedios como los de Sangala o Multán –donde el rey casi perece– y de agónicas travesías –como la del Indo o la del desierto de Gedrosia. Finalmente, Alejandro alcanzó Babilonia, donde al poco moriría, presumiblemente por enfermedad, sin dejar un heredero claro. En las páginas de este número –que forma el cuarto y último de la serie que dedicamos a la epopeya del rey macedonio– se narran y analizan estos sorprendentes sucesos acontecidos entre la primavera del año 327 y el verano de 323 a. C., o lo que es lo mismo, desde los esponsales de Alejandro con Roxana hasta la muerte del rey en Babilonia.
En la imagen de portada, Alejandro acomete a un elefante de combate indio durante la batalla del Hidaspes. Ilustración de Pablo Outeiral.